San Juan, Puerto Rico – En el juicio que enfrentó la rubenesca cantante puertorriqueña Lucecita Benítez luego de haber impactado una guagua de la AMA por conducir en estado de embriaguez, se reveló que como castigo ésta no podría participar este año en ninguna actividad que fuera conducente a la bebida, como andar de parranda o cantar canciones navideñas. El accidente se dio el domingo pasado por la noche, cuando Lucecita impactó una guagua de la AMA mientras guiaba bajo los efectos del alcohol: afortunadamente para todos, nadie resultó herido (más allá de la carrera y el orgullo de Lucecita).


Una de las pasajeras de la guagua, declarando: «¡Y yo que pensaba que lo más peligroso de viajar en guagua pública era que se te sentara un atorrante al lado y te asaltara! ¡Ahora me vengo a enterar que lo más peligroso es que Lucecita Benítez venga guiando por detrás con dos o tres palos encima!»

El juez Ramiro Martínez, quien vio el caso en contra de la cantante, deliberó por menos de una hora antes de regresar con el poco ortodoxo veredicto: «Tomando en consideración que, según la propia imputada, ésta estaba picá’ porque estaba dizque ‘practicando para la venidera época navideña’, tengo que tomar una decisión que asegure que este suceso no se repetirá nuevamente». El juez declaró que no podía encarcelar a Benítez, por temor a que se le armara «un arroz con culo» en la corte, y que luego viniera alguien como Tito Kayak «a joder la pita protestando para que la liberen». Por lo tanto, Martínez decidió que, dado que nadie realmente salió damnificado en el accidente, el castigo más apropiado sería prohibirle a Lucecita que se ponga en situaciones «que se presten a la comedera y la bebelata», como andar de parranda o entonando canciones típicas navideñas, que tratan sólo de «andar de joda y bebiendo», añadiendo que Lucecita podría aprovechar la ocasión «para perder par de libritas».


Un ejemplo de las bebelatas y jodas de las que Lucecita se perderá estas Navidades

Lucecita protestó en su defensa que, al igual que el recién descongelado y siempre etéreo José Nogueras, la música navideña es el pan suyo de cada año, y que es cantando música navideña que ella se gana su pesito. «Además», añadió, «esa canción que dice ‘si no me dan de beber, lloro’ la compusieron inspirándose en mí: ¿¡cómo me van a negar un palo ‘e ron estas Navidades!?» La cantante también apeló al juez recordándole que luego del choque ella se quedó en la escena del accidente para esperar a la policía, y que en todo momento se mantuvo calmada y que fue respetuosa con la uniformada. Éste le contestó: «¡Pero eso es lo que se supone que haga todo el mundo! ¿Qué, quieres una medalla por haber seguido la ley y por no ponértele carnepuerca al guardia?», a lo que Benítez respondió emocionada: «¡Ay, sí! ¡Una Medallita bien fría me vendría de lo más bien ahora mismo!»


Lucecita Benítez, llorando porque nadie le dio de beber

Lucecita contó en el tribunal con el apoyo de muchos fanáticos, entre ellos el afamado Tito Kayak, quien casualmente se encontraba en la corte en ese momento mientra se le desestimaban los cargos en su contra: Kayak contó cómo al salir de su juicio y ver el revolú de periodistas y fotógrafos en el tribunal de al lado se asomó a ver qué pasaba y se sumó al tumulto «por eso de no dejar de guisar en todo». Otro que compareció para apoyar a la cantante fue Richard Carrión, el Presidente del Banco Popular de Puerto Rico, quien lamentó la pérdida de Lucecita para el famoso especial de Navidad del Banco Popular: «Es una pena que Lucecita no pueda ahora participar en nuestro especial: aunque no sabemos todavía cuál será el tema de este año, sí sabemos que por eso de no perder la costumbre, hubiesen participado Lucecita Benítez, Gilbertito Santarrosa, y Ednita Nazario (y no, no nos importa que la hayan desenmascarado como una fiel seguidora del Maligno)». Carrión finalizó diciendo, resignado, que al perder a Lucecita tendrán que remplazarla, «quizás con algún jodío reggaetonero… quién sabe, a lo mejor le ofrezcamos la plaza a la llorona de Ivy Queen, pa’ que deje ya de quejarse».

Por El Rata