Nueva York, Nueva York – Durante el día de ayer, el presidente de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, dio un discurso en la Universidad de Columbia donde aseguró que en Irán «no hay homosexuales como en los Estados Unidos» cuando se le cuestionó sobre alegados abusos contra los homosexuales y las mujeres en su país. «Yo no sé quién les dijo que había homosexuales en Irán», aseguró además a un público que no pudo evitar soltar una carcajada ante tan patente mentira: sin embargo, expertos consultados con El Ñame creen que posiblemente ése sí sea el caso.


Según el presidente de Irán, no hay un solo homosexual en Irán… No argument from us here!

«¿Ustedes han visto cómo ese cabrón se viste?», nos cuestionó el fashionista extraordinaire Jay Manuel, en un receso durante la grabación del programa «America’s Next Top Model». «Es como si todo sentido de moda dentro de él hubiera sido eradicado totalmente. Y no sólo de él, sino también de todos los hombres en Irán… todos. Estoy seguro no tan sólo de que que no hay un solo homosexual en Irán, sino que cualquier rastro de ‘gayness‘ ha sido eliminado de todos los hombres en Irán. Esto es horrible», aseguró mientras se echaba gel en ese pelo de maravilla.


Mahmoud Ahmadinejad, vistiendo como sólo puede un hombre de un país donde no hay homosexuales y donde las mujeres no pueden cuestionar en nada a su hombre… bueno, al hombre que la posee

Esta patente carencia de homosexualidad en Irán no es sólo evidente en la falta de fabulosidad del ajuar de su primer mandatario, sino también en el hecho de que no hay un solo estilista que le arregle el pelo o le acicale las barbas a los machos iraníes, y en el hecho de que no hay decoradores de interiores que les adornen un poquito sus mezquitas.


Jay Manuel, afamado modisto, aseguró: «Aunque no soy decorador de interiores, hasta yo podría sugerirles par de cositas para decorar sus mezquitas: quizás un poquito de color chartreuse aquí, un poco de fuschia allá… tú sabes, algo bien fabu»

Ahmadinejad concluyó: «En mi país no tenemos que preocuparnos por hacer como los Estados Unidos y negarles a millones de sus propios ciudadanos derechos básicos que otros países que no se cantan los más democráticos les conceden; gracias al hecho de que en Irán no hay homosexuales, no tenemos por qué incurrir en ese derroche de hipocresía». Al preguntarle al presidente iraní que si no hay homosexuales en Irán, entonces por qué se han encontrado tantos hombres muertos tras ser arrojados de minaretes, éste respondió: «Bueno, dije que no hay homosexuales en Irán, no que no había dos o tres hasta hace poco, jajaja. Todo lo que sé de cómo contestar preguntas evasivamente lo aprendí de su mismísimo Presidente Clinton: ¡él es mi ídolo!»


Uno de los fálicos minaretes (repressed emotions, anyone?) desde los cuales, según la tradición musulmana, se arrojan a los homosexuales (con to’ y CDs de Céline Dion en mano) a ver si les curan las mariconerías a fuerza de restrellarse contra el piso