Tehrán, Irán – Con tal de no tener que vivir rodeados de «inmundos sodomitas», millones de conservadores a través de los Estados Unidos se han mudado voluntariamente a Irán, tras la aseveración de su presidente Mahmoud Ahmadinejad de que en su país «no hay homosexuales como en los Estados Unidos». El éxodo ha sido tal que muchos estados considerados parte del conservador «Bible Belt» han quedado básicamente vacíos.

«¡Al fin podemos vivir tranquilos sin estar continuamente asediados por farifos tragasables!», exclamó gozoso Rush Limbaugh, el locutor de radio ultra-conservador. De hecho, el júbilo de éste fue tal, que al llegar a Irán y poder apreciar cuan conservadores son en ese país, Limbaugh decidió convertirse al islam y cambió su nombre a «Rashid Mahalanaba Al Limbaugh», que es más cónsono con su nueva fe. «Me encanta el islam porque es como el cristianismo, pero sin las mariconerías de ‘amar al prójimo’ y ‘dar la otra mejilla’ del Nuevo Testamento. ¿Por qué se supone que ame a mi prójimo si mi prójimo podría ser un sodomita, o peor aún, un liberal? ¡Por Alá!» Tan de su fe es ahora Al Limbaugh que ha llegado a profesar: «Ahora entiendo por qué el mundo musulmán odia tanto a los Estados Unidos: George W. Bush, el Gran Satán, debe ser destruido. ¡Muerte a América! ¡Lalalalalalalalalalá!», ululó enfáticamente.


Al Limbaugh, metiéndose un símbolo fálico prieto en la boca para demostrar que más macho que él, nadie

El reverendo evangélico Pat Robertson es otro que se mudó a Irán y se convirtió a la religión mahometana, cambiando su nombre al poco inspirado «Pat Al Robertson»: embelesado por cómo en Irán los líderes religiosos son los que rigen la sociedad, y cómo las mujeres andan «siempre en su sitio, o sea, debajo del hombre», Al Robertson aseguró que ya encontró el paraíso. El reverendo, afianzándose de las posturas sumamente punitivas dictadas por el Korán, se ha dedicado a «asegurarse que ni pizca de homosexualidad» se asome en su nuevo hogar, arrojando de minaretes a todos aquellos hombres que, en su opinión, se vean ligeramente «del otro lado» (incluso condenando unilateralmente a hombres simplemente por usar colonia, por vestirse bien, o por tener el DVD de «Top Gun», la película mas homoerótica de nuestros tiempos). Al Robertson exclamó: «¡No dejaré que los sodomitas mancillen mi nueva patria con sus actos inmorales, con sus viriles cuerpos musculosos, o con el aroma sensual que exuden cuando se ejercitan!»


«¡Miren cómo están estos dos machos de ‘Top Gun’ apunto de besarse inmunda y sensualmente!» exclamó Al Robertson entre ofendido y excitado

Ciertamente la nación estadounidense ha sentido fuertemente la falta de los evangélicos ultra-conservadores que ahora hacen de Irán su nuevo hogar, con emociones que van desde el júbilo hasta la algarabía. Sin perder tiempo, los homosexuales de la nación se han trasladado a los estados del antiguo «Bible Belt» y le han cambiado el nombre a «Fabulous Sequined Belt«. La mayoría de los estadounidenses simplemente están contentos de que ahora pueden vivir su vida en paz sin tener que aguantar polémicas «iniciadas por personas que no pueden ni siquiera vivir su vida por los preceptos que enseña la religión que quieren enjorquetarle a todo el mundo a la trágala». Por su parte, al mismo presidente George W. Bush le hubiese gustado poder irse a Irán también, por eso de no quedar en minoría en su propio país con una aprobación del 0.00001%, pero los miembros de su propia administración le recordaron que constitucionalmente tiene que permanecer en el país para terminar su término presidencial.


El antiguo «Bible Belt«, que por su nueva condición de «Fabulous Sequined Belt» se denotará en mapas de ahora en adelante con el color rosita

Para la gran sorpresa de todos, líderes musulmanes iraníes se sienten oprimidos por el nuevo influjo de nuevos creyentes, quienes están, según los estudiosos más doctos del Korán, «de pinga». El imam Yusuf Al Ibrahim, conocido por sus posturas conservadoras de ultranza, opinó: «Wow, estos evangélicos sí que no comen cuento, apedreando mujeres infieles y tirando a hombres de minaretes a diestra y siniestra. ¡Hasta el mismo Korán exige al menos cuatro testigos oculares para poder condenar a alguien de sodomita! A esta gente le basta con una miradita sesgada y tener un CD de Yolandita Monge en el carro para rápido ponerte el sello de mariposón». Ansioso porque sus nuevos inquilinos se «raspen pa’l carajo» de Irán, el mismo presidente Ahmadinejad ha considerado aflojar la posición de su gobierno en contra de la homosexualidad para ahuyentar a los evangélicos, comenzando con anunciar que Irán será la sede del Enésimo Concierto de Despedida de Cher. «¡Será un concierto fabu!», exclamó amaneradamente Ahmadinejad, a ver a cuántos podía espantar.

Por El Rata