Washington, D.C., EEUU – En un inesperado ataque sorpresa, la otrora pacífica nación de Canadá ha invadido y derrotado el régimen del Presidente norteamericano George W. Bush, según ellos, «por su propio bien». El Presidente Bush resultó ileso en el golpe de estado, quizás siendo su ego lo que resultara más maltrecho.
El Presidente Bush, pensando incrédulo: «Canadá nos derrotó. Vete. Pa’l. Carajo»
Stephen Harper, el Primer Ministro de Canadá, dijo haber decidido finalmente intervenir en los asuntos del gobierno estadounidense al ya no poder permanecer callado ante las acciones del Presidente Bush, y, tomando una página del manual de operaciones del mismo Bush, decidió unilateralmente invadir la nación norteamericana.
«Simplemente no podíamos ver cómo George tomaba una decisión desastrosa tras otra sin escuchar el consejo de personas más conocedoras que él», declaró Harper, «así que decidimos darle este amansaguapo militar. Sin embargo, no olviden que Canadá ha sido siempre un buen vecino de los Estados Unidos, así que espero que no nos guarden rencor por este embarazoso golpe de estado (es más, les trajimos cupcakes con frosting por si querían)».
El Primer Ministro Stephen Harper, frente a sus oficinas de gobierno en Ottawa, diciendo: «Vemos a George como un adolescente rebelde a quien hay que educar con mano dura, así que empezamos por bajarle el moco»
Por su parte, el Presidente Bush, desde su encarcelamiento domiciliar en la Casa Blanca, todavía no ha podido asimilar la situación. «Nos invadió… Canadá. Ca. Na. Fucking. Dá. ¿Quién carajo sabía que ellos tenían ejército? ¡Hasta un avión tienen los cabrones!» Recuperándose un poco de su sorpresa, continuó: «Stephen me había llamado y me había advertido que si los Estados Unidos seguían tomando decisiones disparatadas y unilaterales en el campo de la política exterior, Canadá no tendrá más opción que invadirnos. Obviamente yo pensé que estaba relajando y lo que hice fue reírmele en la cara: pensándolo bien, eso fue un error, porque lo cuqué y ahora nos comieron los dulces».
El avión canadiense Alanis Morissette, sembrando el terror en los aires justo antes de poner en estado de sitio a la capital norteamericana
El Secretario de Defensa estadounidense du jour, Futriaquito No-Rumsfeld, relató con visible vergüenza cómo el avión canadiense pudo burlar el sistema de defensa americano y poder poner la Casa Blanca en estado de sitio, obligando a Bush a rendirse. «Al ver el avión canadiense en el radar», confesó No-Rumsfeld, «nuestros expertos tardaron par de minutos en reconocerlo, porque ni teníamos datos del avión canadiense en nuestros sistemas. Y al identificarlo, ni nos preocupamos porque, jelou, es Canadá, ¿qué iba a hacer, tirarnos florecitas desde las alturas o algo así? Pero ya sabemos lo que iba a hacer: comernos el culo».
Futriaquito No-Rumsfeld explicando la situación a un Bush algo confundido: se espera que No-Rumsfeld renuncie a su puesto en cuestión de par de semanas, pero no sin antes ser galardonado con alguna medalla presidencial por parte de Bush
Harper no quiso dar una fecha exacta precisando hasta cuándo Canadá tendría subyugado a los Estados Unidos, «para no envalentonar (o, dicho en inglés, embolden) al gobierno estadounidense. Simplemente estaremos aquí hasta que George aprenda que hay otros países en el mundo y que los Estados Unidos no pueden hacer lo que les dé la gana». Finalizó con un suspiro: «Creo que estaremos aquí por buen rato».